lunes, 2 de marzo de 2009

Leyenda de las Justas Medievales


Corría el año 1.434 cuando Don Suero de Quiñones, dolido por el desamor de una dama, se comprometió a mantener en su poder el paso del río, en nombre de su amada, con el apoyo de nueve amigos.

Dice la tradición que Don Suero había decidido hacer voto de ayuno todos los jueves y colgó de su cuello una argolla de hierro que simbolizaba la esclavitud de su amor por su dama, bajo el juramento de que sólo se desharía de esa penitencia si lograba romper, en el plazo de un mes, trescientas lanzas de caballeros adversarios.

Las justas medievales tambien fueron en honor de una dama. Imagen de Diario de León.
Desde el diez de julio de aquel año, 1434, y durante treinta días, Don Suero y los suyos estuvieron impidiendo el cruce del Órbigo, intercambiando combates con todo el que acudía por las inmediaciones. En honor de la dama se hicieron dueños del paso, hasta romper las trescientas lanzas de otros tantos caballeros.

Ausiàs March


El primer poeta culto, que, en el ámbito de la literatura catalano-valenciana, rompe con la tradición de la literatura provenzal: la lengua, las referencias culturales y el preciosismo de los trovadores. Nació probablemente en Gandía (Valencia), en el seno de una familia de la pequeña nobleza; su padre (Pere) y su tío (Jaume) fueron también poetas. Durante el reinado de Alfonso el Magnánimo tomó parte en diversas expediciones militares, por lo que fue recompensado con concesiones territoriales y títulos honoríficos. Establecido en Gandía, se casó con Isabel Martorell (1437), hermana de Joanot Martorell, autor de Tirant lo Blanc, y tras haber enviudado contrajo nuevas nupcias con Joana Escorna (1443) y se afincó en Valencia, donde murió. Sin descendencia de sus esposas, en el testamento del poeta se citan cuatro hijos naturales y varias concubinas. Sus 128 poemas son, en gran parte, el vigoroso testimonio de este hombre angustiado por la contradicción entre sus hondas convicciones religiosas, reforzadas con un conocimiento muy directo de la filosofía tomista, y su debilidad ante el amor carnal. Los recursos expresivos de los trovadores, de algún modo presentes, quedan desbordados por su lenguaje áspero y vigoroso, rico en antítesis y en insólitas comparaciones. Publicadas por primera vez con su correspondiente traducción castellana de Baltasar Romaní (1539), las poesías de Ausias March, con seis ediciones durante el siglo XVI, tuvieron una amplia repercusión en la poesía catalana y castellana de la época.

Joanot Martorell


Joanot Martorell
(Gandía, actual España, 1413/1415-id., 1468) Caballero y escritor valenciano. De noble linaje, pertenecía a una familia de caballeros belicosa y activa. En 1433 aparece citado en un documento como caballero, y en 1437 se tiene la primera noticia de su enfrentamiento con Joan de Monpalau, un primo suyo que había deshonrado a su hermana Damiata al no cumplir su promesa de casamiento.
Lo desafió a muerte y durante ocho meses intercambiaron letras de batalla, escritas según los cánones jurídicos y militares del género, en las que se pone de manifiesto el dominio, por parte de ambos, de la prosa y del uso de la ironía y el sarcasmo. Finalmente, en 1438 Martorell decidió buscar un juez que los emplazara para el duelo, y lo encontró en Enrique VI de Inglaterra, por lo que emprendió viaje a Londres. Una vez allí, el encuentro se aplazó, siendo más tarde zanjado mediante una suma de florines.
Martorell aprovechó para permanecer un año en la corte inglesa, donde estuvo en contacto con caballeros de toda Europa y tuvo la oportunidad de dedicarse a la lectura. Enrique VI le había dejado un valioso manuscrito que contenía una refundición francesa de la novela Guy de Warwich, que el escritor adaptó al catalán, intercalando episodios del Libre de l’ordre de cavalleria de Ramon Llul, con el título de Guillem de Vàroic.

La obra se convirtió en el esbozo de los primeros 39 capítulos de su obra maestra, y pieza fundamental en la evolución de la novela europea, el Tirant lo Blanc, que empezó a redactar en Valencia el 2 de enero de 1460.
Novela de aventuras caballerescas, la trama se articula en una estructura equilibrada y compleja, donde se alternan pasajes que van desde relatos puramente de batalla hasta disquisiciones de tono más reflexivo y carácter doctrinal, narrados con gran número de recursos prosísticos y con un dominio del lenguaje que abarca todos los niveles expresivos.

Universidades medievales europeas


Las Universidades medievales fueron las escuelas de la Baja Edad media. Sustituyeron a las escuelas palatinas, es decir, las escuelas que fundó Carlomagno en su imperio.
Las universidades se basaban en las siete artes liberares:
-Enseñanza literaria (gramática, retórica y dialéctica).
-Enseñanza científica ( aritmética, astronomía, música y geometría).
Enlos siglos XII y XIII, las escuelas palatinas con mejor enseñanza adquirian el nombre de universidades. Entre 1200 y 1400 se fundaron en Europa 52 Universidades y 29, dirigidas por el papa.
La primera universidad probablemente fuera la de Bolonia que fue especializada en derecho en el 1088, la siguióOxford sobre el 1096, la primera universidad española fue en Salamanca que su orgien ronda por el 1030.
La universidad de Uppsala (1477) fue la última de estas universidades pero la mejor en la especialidad de medicina y empezó a competir contra la Universidad de medicina de Montpellier.

Leyenda del puente Órbigo



Cuenta la tradición que en Hospital de Órbigo, en el año 1434, Año Santo, tuvo lugar la hazaña del Paso Honroso, protagonizada por el señor Don Suero de Quiñones y nueve de sus caballeros.
Suero de Quiñones pidió audiencia al rey Juan II de Castilla para exponer una petición. El rey se hallaba por entonces en el Castillo de la Mota (Medina del Campo -Valladolid) con toda su familia. La petición era obtener el permiso para llevar a cabo un torneo especial en que tendrían que participar a la fuerza todos los caballeros que pasaran por el lugar elegido, que era el puente de Hospital de Órbigo, situado en la ruta leonesa del Camino de Santiago. Si se negaban a participar, debían depositar un guante en señal de cobardía y atravesar el río vadeándolo.
Las justas tuvieron lugar desde el 10 de julio hasta el 9 de agosto, interrumpidas únicamente en la festividad de Santiago. Don Suero llevaba colgada al cuello cada jueves una argolla metálica, como prueba de amor hacia su dama. El motivo para proponer las justas del puente era poderse librar de dicha argolla peregrinando a Santiago después de haber vencido a todos los caballeros que se presentasen en dicho puente y tras haber roto 300 lanzas.
El rey le dio permiso y ofreció toda clase de facilidades. Invitó a los mejores caballeros del reino a que pasasen por el camino de Hospital de Órbigo hasta que Quiñones pudiera cumplir la prueba.
Herido al fin Don Suero, marchó en peregrinación a Compostela. Allí, depositado en la capilla de las reliquias catedralicias, se conserva la cinta azul propiedad de su señora que el caballero portara en prenda,alrededor de su brazo, mientras duró la gesta.

El Cid


Rodrigo Díaz nació en Vivar, pequeña aldea situada a 7 kilómetros de la ciudad de Burgos en 1043. Hijo de Diego Laínez, noble caballero de la Corte Castellana y de una hija de Rodrigo Alvarez. Descendiente es por línea paterna de Laín Calvo, uno de los dos Jueces de Castilla.
A los 15 años quedó huérfano de padre y se crió en la corte del rey Fernando I junto al hijo del monarca, el príncipe Sancho. Ambos crecieron juntos y trabaron buena amistad durante cinco años. También se educó en las letras y en las leyes, seguramente en el monasterio de San Pedro de Cardeña, lecciones que le servirían posteriormente para representar en pleitos al mismo monasterio y también al mismísimo Alfonso VI el cual confió al burgalés numerosas misiones diplomáticas en las que debía conocer perfectamente las leyes.
Entre los años 1063 a 1072 fue el brazo derecho de don Sancho y guerreó junto a él en Zaragoza, Coimbra, y Zamora, época en la cual fue armado primeramente caballero y también nombrado Alférez y "príncipe de la hueste" de Sancho II.
A los 23 años obtuvo el título de "Campeador" -Campidoctor- al vencer en duelo personal al alférez del reino de Navarra.
A los 24 años era conocido ya como Cidi o Mío Cid, expresión de cariño y admiración.
Con la muerte de Sancho II en el cerco de Zamora y tras la jura de Santa Gadea tomada por Rodrigo al nuevo rey castellano, Alfonso VI, la suerte del Cid cambió y su gran capacidad fue desechada por la ira y envidia del nuevo monarca.
En 1081 el Cid es desterrado por primera vez de Castilla. 300 de los mejores caballeros castellanos le acompañaron en tan difícil situación. Esta etapa duró unos 6 años los cuales fueron aprovechados por Rodrigo y sus hombres para hacer de Zaragoza su cuartel general y luchar en el Levante.
Vuelve a Burgos en 1087 pero poco duró su paz con el rey por lo que marchó de hacia Valencia donde se convirtió en el protector del rey Al-Cádir y sometió a los reyezuelos de Albarracín y Alpuente.
El almorávide Yusuf cruza en 1089 el estrecho de Gibraltar y el rey Alfonso pide ayuda al caballero castellano, pero por una mal entendido entre ambos surge una nueva rencilla entre el rey y su leal súbdito y el monarca le destierra por segunda vez en 1089.
En los diez años siguientes, la fama del Cid se acrecentó espectacularmente al contrario que el reinado del rey. En menos de un año el Cid se hizo señor de los reinos moros de Lérida, Tortosa, Valencia, Denia, Albarracín, y Alpuente.
En torno al 1093, matan a su protegido de Valencia Al-Cádir, ciudad que fue tomada por Ben Yehhaf. El Cid asedió durante 19 meses la ciudad y finalmente entró triunfal en junio de 1094.
Rodrigo se convirtió en el señor de Valencia, otorgó a la ciudad un estatuto de justicia envidiable y equilibrado, restauró la religión cristiana y al mismo tiempo renovó la mezquita de los musulmanes, acuñó moneda, se rodeó de una corte de estilo oriental con poetas tanto árabes como cristianos y gentes eminentes en el mundo de las leyes, en definitiva, organizó con grandísima maestría la vida del municipio valenciano.
Aún habría de combatir numerosas batallas, como la que el mismo año le enfrentó al emperador almorávide Mahammad, sobrino de Yusuf, el cual se presentó a las puertas de Valencia con 150.000 caballeros. La victoria fue total, tan grande fue el número de enemigos como grande fue el botín a ellos recogido.
En 1097 muere en la batalla de Consuegra su único hijo varón, Diego.
El domingo 10 de julio de 1099, muere el Cid. Toda la cristiandad lloró su muerte.

III.- El Destierro.
Al morir Fernando I (primer rey de Castilla), divide su reino entre sus hijos. A Don García le da Galicia, a Don Alfonso León, Castilla a Don Sancho y Toro y Zamora a Doña Elvira y Doña Urraca respectivamente. Sancho no contento con el reparto intenta unificar los territorios con la ayuda de su alférez El Cid.
Juntos lucharon en varias batallas, entre ellas, el duelo judicial o campo de la verdad en el que el Cid derrotó al navarro Jimeno Garcés obteniendo el título de Campeador. también lucharon en las batallas de Llantada y Golpejar, en las cuales vencimos y derrotando a los leoneses, Alfonso pierde la corona de León en favor de Sancho, rey de Castilla. También acompañó el Cid al cerco de Zamora, donde el rey Sancho fue asesinado a traición por Bellido Dolfos.
Por ser el Cid jefe de las tropas del rey Sancho y por sus conocimientos jurídicos en Derecho Castellano, fue el mismo quien tomó juramento en la Iglesia de Santa Gadea de Burgos, a Don Alfonso, de no haber tenido arte ni parte en la muerte de Don Sancho.
Debido a esta razón, entre otras seguramente, el nuevo rey de Castilla, Alfonso VI, destituyó a Rodrigo de su cargo y nombró Alférez real a García Ordóñez, pasando el Cid a un segundo plano en la corte.
Tras esto, el Cid tomó matrimonio con Jimena, hija del Conde de Oviedo, nieta de Alfonso VI y biznieta de Alfonso V el 19 de Julio de 1074.
En 1079, se dirige a Sevilla para cobrar los tributos (parias) del rey de Sevilla a Alfonso VI. Esta en ello cuando él y el rey de Sevilla fueron atacados por el rey de Granada y García Ordoñez. Las mesnadas del Cid consiguen vencer a los asaltantes y Rodrigo humilla a García Ordóñez en el castillo de Cabra, pero a la vuelta a Burgos, este último, y Pedro Ansúrez, desencadenan traición contra el Cid, consiguiendo que Alfonso VI le destierre, y prohibe a todos los burgaleses darle ayuda o aposento alguno, como así dicen los versos del Cantar:
" Ya entra el Cid Ruy Díaz por Burgos;
sesenta pendones le acompañan.
Hombres y mujeres salen a verlo,
los burgaleses y burgalesas se asoman a las ventanas:
todos afligidos y llorosos.
De todas las bocas sale el mismo lamento:
¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen Señor! "
Mio Çid Roy Díaz por Burgos entrove,
En sue compaña sessaenta pendones;
exien lo ver mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras sone.
De las sus bocas todos dizían una razóne:
" Dios, que buen vassallo, si oviese buen señore! "

IV.- El Cantar del Cid.
Ni el mismísimo Cid podía imaginarse la trascendencia de su vida tras su muerte. Todos los juglares de los siglos posteriores a su muerte contarían en forma de cantares de gesta su vida y sus hazañas, así como también inventarían su leyenda.
Varios son los escritos sobre el Cid, pero destaca sobremanera el llamado Cantar de Mio Cid (nótese que no es Poema sino Cantar, ya que como letra de una canción ha de ser tomado y no texto de poema).
Así pues, El Cantar del Cid, es una canción recitada por los juglares de aquellos tiempos medievales. El texto que nos ha llegado, es una transcripción de un copista llamado Per Abbat en un manuscrito (del s. XIV, conservado en la Biblioteca Nacional). Aunque hay quien opina que pudiera ser el autor y no mero copista.
El manuscrito, al igual que su "primo" de La Chanson de Roland, no es de gran belleza y contiene varias faltas, algunas corregidas, esto es debido a una finalidad de uso por parte de los juglares y no para más altos menesteres.

Partes de un castillo


Partes principales:


Barbacana: Es una obra de fortificación situada frente a las murallas y protegiendo una puerta de acceso. Podían contar con portales propios fortificados de paso obligatorio para acceder a la puerta principal. Como ésta del castillo de Sigüenza (Guadalajara).


Torre del homenaje. Es la torre principal del castillo, residencia de los responsables del mismo, normalmente la más alta y fuerte, y estaba situada en el lugar de más fácil defensa. Era el lugar más protegido y en caso necesario podía conventirse en el último núcleo de resistencia.

Foso: trinchera excavada frente a los muros de una fortificación. Su misión principal era impedir que las máquinas de asalto se aproximarann a los muros. Un ejemplo magnífico lo podemos ver en el castillo de Bellver, Mallorca (1300-1314).


El rastrillo o peine suele ser una pesada reja, rematada abajo en puntas que formaba parte de las fortificaciones de la puerta, junto al puente levadizo y la barbacana.

Almenas, tenían como función proteger a los defensores, algunas tenían orifcios, como troneras (para las armas de fuego) o saeteras (para lanzar armas arrojadizas.


Adarve o camino de ronda, donde se parapetaban los defensores.


Partes comunes a la mayoría de los castillos:

Muros gruesos: que podían tener unos sus 2,5 metros de ancho y los de las torres podían ser todavía más anchos.
Foso: gran zanja llena de agua que rodeaba al castillo por los lados que no estaban protegidos por el precipicio. Los peces y aves del foso servían de alimento.
Puente levadizo: en su posición normal él punte se extendía sobre el foso lleno de agua, cuando el peligro acechaba la guardia lo levantaba.
Murallas: rodeaban al castillo. Eran altas y desde sus torres los defensores podían ver si alguien se aproximaba para dispararle con los arcos o las maquinas de asedio.
Puertas: por lo general era el primer sitio por donde atacar, era fuerte y tenía trampas crueles que esperaban los intrusos.
Rastrillo: protegía a la puerta de los ataques invasores. Tenía forma de reja y estaba hecho con madera de roble, recubierto con láminas de hierro para prevenir que fuera incendiado.
Aspilleras: abertura por las que disparaban los arqueros, se ensanchaban hacía el interior para que el arquero pudiera disparar sin exponerse a que le disparasen, también servían para dejar pasar la luz y el aire.
Torre del homenaje: en ella vivían el señor y su familia situada en corazón del castillo, si el castillo era atacado los defensores se retiraban a ella y luchaban hasta el final.

El rey Arturo

Según nos cuenta su leyenda, Arturo fue hijo natural del rey Uther Pendragon de origen normando y de la reina Gorlois de Cornualles, de origen celta.
Al poco de nacer su madre muere y queda en manos de su padre natural, siendo odiado y despreciado por la familia del duque de Cornualles, enemigo y esposo de la reina Gorlois.
Su hermanastra, Morgana, una niña de siete años, fue enviada a la tierra natal de su madre por orden del nuevo duque, sucesor de su padre el fallecido duque de Cornualles. Morgana se criaría con sus tías- cuatro- hermanas de su madre en la tierra de Avalon.
Cuenta la leyenda que fue el mago Merlín quien se lo llevó de Cornualles a un destino misterioso para poderle enseñar y adiestrar en diferentes estudios y artes caballerescas.
Prácticamente podríamos decir que Merlín no tan solo fue la niñera del joven Arturo, sino padre y madre, además de consejero y amigo. Pero....¿Existió Merlín? ¿Qué se sabe de este personaje?
MERLÍN. Para la literatura y para la filmografía, Merlín fue un mago celta que habitaba en la zona cercana de Cornualles.
Sabemos que era de origen incierto; tanto la zona celta de Francia como la verde Irlanda, se disputan el lugar de nacimiento de este personaje.
Siendo un conocido mago al servicio del bando normando, podría haber nacido en la Galia celta de Normandia o de Bretaña (Francia.
El nombre de Merlín (hoy también apellido) viene de Francia, en donde se encuentra personas con este mismo apellido y que en normando significa “Halcón”. Por eso, concluimos que Merlín podría ser de origen francés.
Según leyendas francesas, Merlín fue hijo de Charis y que vivían en la Galia occidental, cerca del mar. Francia recala que Merlín nació en un poblado galo de ancestros celtas. Se educó desde la niñez junto a varios druidas que le enseñaron todo sobre la magia y pócimas con hierbas medicinales.
Una vez ya mayor, buscó fortuna entre los duques y condes franceses de la zona occidental del país vecino, hasta llegar a trabajar para el padre natural del rey Arturo, con cierta edad avanzada.
LA VIDA DE ARTURO
Tan pronto como Arturo creció un poco (a los cuatros años de edad) y viendo que era requerido por otros reyes y nobles, Merlín decidió entregarlo a un joven caballero inglés, Sir Héctor, el cual ya tenia hijos. Arturo conoció entonces los juegos infantiles de la mano de sus nuevos hermanos. Se crió y se educó como un noble inglés de aldea.
Cuando Arturo llegó a los dieciséis años de edad, su padre le llevó junto a sus hermanos a Londres para ver por sus propios ojos, una lucha entre caballeros. Aquello le dio un cambio a su vida de 180 grados y el joven Arturo pidió a su padre ser algún día caballero. Su padre tan pronto como pudo, le introdujo como escudero de un amigo suyo. En uno de esos encuentros de caballeros en tierras inglesas, Arturo recibió una motivación única, sacar de un yunque una espada que llevaba años allí y que nadie lograba sacar. Se animó a presentarse y logró liberar la espada de su prisión alzándose con la misma delante de todos aquellos caballeros y nobles que presenciaba aquel momento. El arma en cuestión tenía una leyenda tras sí, “Quien pudiera sacar del yunque la espada lograba hacerse con el trono de Inglaterra” y así ocurrió.
Arturo pudo ser coronado rey del reino de Camelot tras haber podido sacar de del yunque, la espada que su padre antes de morir. Con la creación del nuevo reino, Arturo se reunió de los mejores caballeros y soldados. La búsqueda del Santo Grial le hizo soñar toda su vida, per el cual luchará incluso con temidos dragones y animales mitológicos. Creó un consejo con los mejores caballeros próximos a su persona, como Percival o Lancelot. El consejo se reunía alrededor de la mesa o tabla redonda, la famosa mesa redonda en la que se dibujó sobre ella los puntos cardinales junto a un gran mapa de su reino.
Algunos estudiosos apuntan de que el dibujo de la mesa no era dibujado así, si no que contenía el dibujo de cada espada de cada miembro de su consejo.
Poco tiempo después se dispuso a casar con Ginebra, una noble que vivía cerca al reino de Camelot. Antes de que viajara la novia hasta el reino de Arturo, había mantenido amores con el caballero del rey, Lancelot. Ambos no sabían que la doncella Ginebra se debía casar con Arturo, la noticia llegó a los amantes poco tiempo después de corresponder a su amor. Lancelot fue el encargado de llevar hasta Camelot a la novia a disgusto de ambos. Guardaron el secreto incluso después de los esponsales.
Arturo, muy enamorado de su esposa, la correspondería con muchos regalos y apremios. A escondidas y después de un tiempo relativo de consumarse los esponsales, los enamorados Lancelot y Ginebra volvieron a encontrarse en secreto. Ya por entonces, su hermanastra, la famosa Morgana había engañado con surtilegios al rey, acostándose en la habitación del rey y haciéndose pasar por Ginebra.
Al poco tiempo, Morgana quedaría en cinta, dando a luz al único hijo del rey Arturo, Mordred. Morgana se llevó con ella al niño y lo crió lejos de su padre. Encerrado en un castillo en un bosque secreto, Mordred aprende junto a su madre pociones y magias. Morgana desea que su hijo sea quien mate a su hermano y se corone nuevo rey de Camelot.
Cuando el rey fue informado de los encuentros de su esposa con Lancelot, montó en cólera, los ajustició y se dedicó a perseguir a los enamorados cuando huyeron del castigo. Por entonces, Mordred, que gracias a la magia se hizo un adolescente mucho tiempo antes de lo normal, se apoderaría del trono de su padre. Cuando Arturo regreso, se encontró a Mordred con el que se enfrentó para conseguir el trono en la batalla de Camlann. Mordred y Arturo se enfrentaron a muerte, consiguiendo Arturo matar a su propio hijo. Pero este le dejaría mortalmente herido. Poco tiempo después y solo, Arturo morirá. Su hermanastra Morgana se encargaría de los cuerpos de ambos.
Cuentan que fue Morgana quien ordenó que el cuerpo de Arturo fuera trasladado en barca por las orillas de Avalon y que Merlín lo recogió al otro lado de la orilla. Otros que su barca fue enviado desde Cornualles en mar y que al otro lado del canal de San Jorge donde se encuentra Irlanda, lo recogiera Merlín, lugar donde apuntan, pudiera estar enterrado.
Otros estudiosos apuntan de que fue Morgana que ordenó enterrar el cuerpo de Arturo junto a una ermita en un bosque muy frondoso, lugar donde nadie pudiera encontrarlo. Este bosque pudiera encontrarse en el condado de Herefordshire, no muy lejos de Gales. Otros que el lugar se encuentra en Glastonbury, en Somerset, al sur de Bristol. También apuntan que junto a Arturo se enterró a Ginebra que moriría antes que Lancelot, puesto que este se encargaría de enterrarla junto a su marido.
La leyenda celta del rey Arturo ha traspasado fronteras e incluso las mentes de grandes y pequeños.
EXCALIBUR o Caliburn
La fiel espada de Arturo creada por el hada del lago para su padre Uther Pendragon. Con la espada conseguiría la paz, la justicia y que su reino fuera un lugar privilegiado donde todo sería justo. La gran mayoría apuntan de que su forja se encontró en Avalón, otros que fue en un lago próximo a dicho lugar.

Los Reyes Católicos











La España bajomedieval anterior a los Reyes Católicos
La España de mediados del siglo XV, la inmediatamente anterior a la de los Reyes Católicos estaba constituida por cinco reinos independientes pero muy relacionados entre sí: Castilla, Aragón, Portugal, Navarra y Granada.
Todos ellos, en mayor o menor medida se veían inmersos en la crisis multifactorial en que había caído Europa durante el siglo XIV y los comienzos del XV.
La Corona de Castilla, tras el ímprobo esfuerzo conquistador y repoblador del siglo XIII, había quedado exhausta. En este sentido hay que recordar que las conquistas cristianas habían sido paulatinas durante cinco siglos y en la mayor parte de los casos se trataba de tierras poco pobladas como consecuencia del desgaste de las guerras.
Sin embargo, las conquistas del siglo XIII supusieron la incorporación súbita de amplísimos territorios repletos de populosas ciudades que había que organizar con arreglo a un orden político nuevo. Al complejo crisol de pueblos, razas y religiones que constituía Al-Andalus, se sumaban los conquistadores cristianos del norte.
Los reyes castellanos, para agradecer el éxito en las empresas bélicas donaron amplios territorios a estos nobles guerreros que acumularon inmensas propiedades. En este contexto hay que citar la relevancia política, económica y territorial que tuvieron las órdenes militares en la Baja Edad Media española.
El prestigio de la monarquía castellana se debilitó en la guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastamara, coincidente, además con una etapa de calamidades de diversa índole.
Los siguientes monarcas castellanos no lograron mejorar la situación. Por su parte, crecía el descontento de los concejos municipales que veían aminorada su independencia jurídica en favor de la pujante nobleza.
El ascenso en autoridad de los grandes linajes nobiliarios tenía un efecto colateral negativo añadido, pues era muy frecuente las rencillas entre estas familias, frecuentemente enemistadas, que llegaban a convertirse en auténticas guerras que afectaban al conjunto de la sociedad.
Por su parte, La Corona de Aragón, tras la finalización de la reconquista peninsular pactada con Castilla y que al ser de menor extensión no había esquilmado las energías conquistadoras, por lo que los catalanoaragonesas redirigieron pronto sus energías hacia el Mediterráneo, tanto en el orden militar como comercial.
Sin embargo. El auge económico de la segunda mitad del siglo XIII y primera del XIV se frenan también tras las pestes y guerras vividas posteriormente y Barcelona cede su protagonismo a Valencia.
Navarra es un pequeño reino con relaciones hispanas (frecuentemente constreñido por los dos reinos vecinos de Castilla y Aragón) pero también con Francia por motivos dinásticos y geográficos.
Portugal era un reino independiente desde el siglo anterior y así siguió siendo.
Por último, al sur de la Península quedaba el Reino Nazarí de Granada, que había logrado permanecer independiente tras el desplome del imperio almohade del siglo XIII y que había logrado no caer en manos castellanas por la abrupta orografía de sus tierras y por los esfuerzos de organización que Castilla debió asumir tras la conquista de Extremadura, la Mancha, Murcia y el Valle del Guadalquivir.
Sin embargo, la independencia de Granada tenía un precio pues era tributaria de Castilla. Esta situación favoreció una cierta relación de tolerancia -aunque fueron frecuentes las guerras de frontera- entre moros granadinos y cristianos castellanos.
Una salvedad que hay que hacer llegado a este punto es que la situación descrita de inestabilidad, desavenencias internas y crisis no era, en absoluto, patrimonio exclusivo de los reinos hispanos, sino que era una constante casi universal del mapa político de Europa.
Atendiendo a la globalidad de estos reinos, hay que decir que, como en toda la Edad Media las relaciones entre ellos fueron estrechas, en uno casos como aliados y en otros como francos enemigos y con frecuentes roces fronterizos.
La unión dinástica de los Reyes Católicos
El año 1476, parte de la nobleza y de las ciudades de Castilla proclamaron reina a Isabel, hermana del anterior monarca, Enrique IV. Otro sector no menos importante del reino permaneció fiel a la princesa Juana, llamada la Beltraneja, hija del difunto Enrique. Ambas contaban con fuertes apoyos exteriores. A Isabel la sostenía su suegro, el rey Juan II de Aragón (y también de Navarra en aquellos momentos).
El principal valedor de los derechos de Juana era Alfonso V de Portugal, que se desposó con ella en Plasencia y se proclamó rey de Castilla. En la guerra civil entre los dos bandos la suerte de las armas sonrió a Isabel, casada con Fernando, el heredero de la corona aragonesa. Cabe pensar que de aquella contienda sucesoria era inevitable que saliera alguna unión dinástica decisiva entre los reinos peninsulares. De haber triunfado Juana, lo más probable es que las coronas de Castilla y Portugal se hubiesen unido. Al inclinarse la balanza por su tía y rival, se consumó la unión con Aragón. En 1479, en virtud del tratamiento de Alcaçovas, Alfonso y Juana renunciaron a sus derechos a la corona de Castilla e Isabel y Fernando a los suyos sobre la de Portugal. De este modo tan turbulento se inició un reinado que sería decisivo para el futuro de la península.
Suele decirse que con los Reyes Católicos -título con que les honraría años después el papa para equilibrar el de Rey Cristianísimo concedido al rey de Francia- empezó la unidad española. Lo cierto es que se trató de una mera unión de las distintas coronas de Aragón yo Castilla en la persona de sus titulares, expuesta a disolverse por cualquier vicisitud dinástica. Es lo que pudo ocurrir a consecuencia del segundo matrimonio que contrajo Fernando, una vez viudo, con Germana de Foix.
En virtud de la concordia de Segovia, Isabel y Fernando reinaban conjuntamente en Castilla, pero en Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca era sólo Fernando quien ostentaba el poder real. Cada uno de esos reinos conservaba sus leyes e instituciones propias y a todos los efectos los naturales de uno de ellos eran considerados extranjeros en el otro. Esto en el plano estrictamente jurídico, porque en la realidad era inevitable que la existencia de un monarca común tuviese una repercusión en sus trayectorias, separadas pero paralelas.
El sometimiento de la nobleza
Uno de los asuntos de estado en que más energía emplearon los Reyes Católicos fue en reafirmar la autoridad real frente a la altiva nobleza. En muchos casos la fórmula fue bastante expeditiva.
Uno de los instrumentos de que se sirvieron en esta lucha fue la Santa Hermandad, institución de raíz mucho más antigua, pero a la que infundieron nueva vida y centralizaron, especie de milicia concejil permanente que, a la larga, acabaría consagrada casi exclusivamente a la lucha contra el bandolerismo.
La pacificación de los reinos
Poco a poco, los Reyes Católicos consiguieron pacificar sus reinos respectivos.
La sentencia arbitral de Guadalupe (1486) puso fin a las Guerras Remensas en Cataluña y dio al principado el sosiego de que carecía desde hacía decenios. Por otra parte, el reforzamiento de la autoridad real tuvo su contrapartida en las autonomías municipales y locales.
Se acentuó la intervención de los reyes en el gobierno de las ciudades mediante el nombramiento de corregidores. En la Generalidad catalana el rey empezó a nombrar directamente a los diputados. Y para evitar que las Cortes aragonesas manifestasen con demasiada vehemencia su desacuerdo ante sus medidas autoritarias, el rey apenas las convocó en el curso de su reinado. Algo parecido ocurrió en Castilla, donde siempre que se reunieron fue con el propósito de refrendar el reforzamiento de la autoridad real.
La conquista de Granada
Una de las acciones más célebres de las emprendidas por los Reyes Católicos fue la de emprender la Guerra de Granada. Tomando como pretexto el ataque moro contra Zabara en 1481 se inició una contienda de larga duración (más de 10 años) aunque de irregular e intermitente desarrollo.
Las razones verdaderas de la conquista de Granada se fueron a la rumba con los propios monarcas, aunque probablemente y tras el esfuerzo de pacificación y fortalecimiento del reino, los monarcas vieron la oportunidad de culminar el proceso de reconquista y de paso desahogar las belicosas energías de la nobleza recién domesticada en empresas menos dañinas para los propios cristianos.
Fue el 2 de enero de 1492 cuando tras este decenio de sangrientos enfrentamientos el rey Nazarí Muhammad XI (Boabdil el Chico) entrega la ciudad de Granada, último reducto del reino que se había ido perdiendo poco a poco.
Las condiciones de la capitulación permitían a la población musulmana conservar sus bienes y religión por lo que la población mudéjar resultante fue cuantiosa a pesar de que la aristocracia nazarí prefirió emigrar al norte de África.
Los Reyes Católicos y la Inquisición
Aunque la institución y los métodos de la Inquisición se han vinculado habitualmente a España, hay que recordar que como institución nace en el siglo XII (1184) en el mediodía francés para velar por la pureza de creencias y erradicar la herejía (inicialmente contra la herejía cátara). La Inquisición medieval estuvo ligada a la Iglesia, primero a los obispados y más tarde al papado con la administración de los frailes dominicos.



Si bien la inquisición medieval tuvo momentos de dureza en los siglos bajomedievales en Europa como en la eliminación de los cátaros o en controvertidos procesos de dudosa legalidad (manipulados políticamente por conveniencia de ciertos reyes) como en los procesos contra los templarios o contra Juana de Arco, lo habitual fue una actividad relativamente tranquila.
Esta inquisición medieval no tuvo especial relevancia en los reinos cristianos peninsulares pues sólo fue establecida en Aragón, quedando completamente al margen la Corona de Castilla.
La principal novedad de la Inquisición Española que nace en 1478 y no se aboliría hasta 1821 es el control directo de la monarquía que la convierte en brazo centralizador de su autoridad. Ejemplo de ello es que, mediante bulas papales, los reyes católicos obtienen la facultad de proponer candidatos al cargo de inquisidores. Por su parte y a pesar de la oposición sufrida la Inquisición Medieval aragonesa fue abolida en beneficio del nuevo tribunal.
El principal colectivo que fue vigilado y perseguido fue el de los judíoconversos, es decir la población de origen judío y que sobre todo en los siglos XIV y XV habían decidido (por coacción o sin ella) convertirse al Cristianismo.
La expulsión de los judíos
El problema judío en la España bajomedieval ha llenado miles de páginas de historiadores en decenas de publicaciones que han tratado de profundizar en las verdaderas razones por las que los Reyes Católicos promulgaron en 1492 el famoso decreto de expulsión.
Toda circunstancia histórica y más si es de la transcendencia de ésta es fruto de múltiples matices y en ocasiones de secretas causas.
Sin embargo, no es éste lugar para profundizar en teorías, que por otro lado son motivo de controversia entre eruditos y estudiosos. De forma muy simplificada, se puede decir que los Reyes Católicos tomaron la decisión de expulsar a los judíos no convertidos con motivo de evitar las disensiones y odios internos.
Si tras las revueltas populares contra los judíos, durante el siglo XIV y XV se habían saldado con el bautizo de muchos de los judíos de la época pasando a ser lo que se denominó judíoconversos, los recelos no cesaron, pues muchos de ellos, convertidos por presión y no por elección sincera, seguían realizando prácticas y ritos no cristianos.
Si la Inquisición se ocupó de "enmendar" a los judíoconversos, los judíos no convertidos también tenían problemas de aceptación generando agitación y malestar social, por lo que el destino que se les supo dar fue el destierro.
El descubrimiento de América
Ese mismo año coincidió con la capitulación de Granada y la expulsión de los judíos otro acontecimiento de la máxima trascendencia: el descubrimiento de América.
Tras haber errado por varías cortes europeas tratando de conseguir apoyo financiero para su proyecto, el de encontrar una ruta hacia Oriente por Occidente, Cristóbal Colón había ofrecido sus servicios a los reyes de Castilla. De ese modo podrían adelantar a los portugueses en la carrera hacia las Indias sin quebrantar los compromisos que les impedían navegar allende de las islas Canarias. El dictamen de un grupo de expertos fue adverso, pese a lo cual Colón buscó apoyos en los círculos más allegados a la reina que le permitieron llegar a lo que equivocadamente tomó por el extremo oriental de Asia.
Aunque la decepción debió de ser enorme cuando al averiguar que, en lugar de las opulentas islas de las especias, lo que se había descubierto eran unas tierras salvajes, pronto se comprendió la oportunidad de colonizar y explotar económicamente todo un nuevo continente.

Alfonso X El Sabio




Rey de Castilla y de León (Toledo, 1221 - Sevilla, 1284). Era hijo primogénito de Fernando III, a quien sucedió en 1252. Ya como infante realizó importantes labores, como la conquista del Reino de Murcia (1241) o la paz con Jaime I de Aragón, que conllevó el matrimonio de Alfonso con su hija Violante.
Impulsó la Reconquista tomando plazas como Jerez, Medina-Sidonia, Lebrija, Niebla y Cádiz (1262). Hizo frente a una sublevación de los musulmanes de sus reinos, promovida por los reyes de Granada y Túnez (1264). Repobló Murcia y la Baja Andalucía. E incluso continuó el avance frente al Islam pasando al norte de África, al enviar una expedición a Salé (1260). Otra parte de sus esfuerzos hubo de dedicarlos a reprimir rebeliones interiores, como la protagonizada por el infante Enrique y varios nobles (1255), la que se produjo en Vizcaya (1255) o la que encabezó el infante Felipe (1272).
Alfonso era hijo de Beatriz de Suabia, circunstancia que le hizo aspirar a la coronación imperial de Alemania, logrando la elección en 1257 con el apoyo de Sajonia, Brandeburgo, Bohemia y varias ciudades italianas. La oposición del papa hizo fracasar finalmente el empeño -en el que triunfó Rodolfo de Habsburgo-, renunciando Alfonso en 1276. Este llamado «fecho del Imperio» fue muy impopular en Castilla, pues exigió dinero y hombres que -unidos a los gastos de la corte y a las continuas guerras- crearon dificultades financieras, que obligaron a reducir la ley de la moneda y a crear nuevos impuestos.
Durante una de las ausencias del rey por el asunto del Imperio, los benimerines de Marruecos desembarcaron en Algeciras (1272); en la lucha contra aquella campaña murió el infante Fernando de la Cerda, heredero del trono, antes de que su hermano Sancho consiguiera rechazar a los musulmanes. Posteriormente los benimerines derrotaron a una flota castellana en el estrecho de Gibraltar (1278), obligando a Alfonso a pactar una tregua.
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Alfonso provocó con sus contradicciones un conflicto sucesorio: había promulgado las Partidas, según las cuales debía sucederle el hijo mayor del difunto Alfonso de la Cerda; pero al morir éste prefirió declarar heredero en 1278 a su segundo hijo, Sancho IV, siguiendo la tradición castellana (quizá para evitar un enfrentamiento inmediato con éste). Un intento posterior de hacer al infante de la Cerda rey de Jaén provocó la rebeldía de Sancho, quien buscó apoyo en Aragón y Portugal (mientras que Francia apoyaba a los de la Cerda) y se hizo reconocer por unas Cortes reunidas en Valladolid, que depusieron a Alfonso (1282). Éste, confinado en Sevilla, buscó apoyo en el rey benimerín; pero murió antes de haberse enfrentado con Sancho. En su testamento desheredaba a Sancho y reconocía como sucesores a los infantes de la Cerda, dando así motivo para nuevas disensiones.
Pero sobre todo, el reinado de Alfonso destacó en el orden cultural; por ejemplo, puede datarse en su época la adopción del castellano como lengua oficial. Reunió en su corte a sabios y eruditos de las tres religiones peninsulares (cristianos, musulmanes y judíos), creando escuelas de investigadores y traductores en Murcia, Sevilla y, especialmente, Toledo; su labor ayudó a transmitir al Occidente cristiano importantes elementos de la cultura oriental y de sus raíces clásicas (traducción al castellano de la Biblia, el Corán, el Talmud, la Cábala, Calila y Dimna…).
El propio rey dejó una abundante obra escrita, tanto literaria (Cantigas de Santa María) como histórica (Crónica general, Grande e General Estoria) y científica (Libros del saber de astronomía, Lapidario…). Por otro lado, promovió una importante labor jurídica, con la promulgación del Fuero Real, las Leyes del Estilo y las Siete Partidas; este último código, de larga influencia en el ordenamiento castellano y español, supone la recepción del derecho romano en Castilla, incorporándose a la corriente europea del «derecho común».

Jaume I


El segle XIII es va caracteritzar pel gran nombre de conquestes per la seva extensió continental i mediterrània, sota la direcció dels grans reis Jaume I, el Conqueridor, i Pere II, el Gran. Aquest capítol es centrarà bàsicament en la figura de Jaume I i les seves conquestes tan conegudes com les de Mallorca (1229), València (1232-245) i Eivissa (1 235).
Jaume I va ser comte de Barcelona i rei d'Aragó, València i de Mallorca i senyor de Montpellier. Va néixer a Montpellier l'any 1213 i va morir l'any 1276 a València, fill de Pere I, el Catòlic, de Maria de Montpellier.

LA REVOLTA DE LA NOBLESA 1218~1226
Com a conseqüència de la desfeta de Muret (1213), Catalunya i Aragó resten desemparades arruïnades, per la mala gestió financera de Pere I amb un rei de cinc anys en mans del botxí del seu pare.
El 1214, el petit rei és jurat a Lleida i comença la regència del comte Sanç El l2l8, finida la
regència, s'estén la indisciplina feudal, especialment a Aragó, on els nobles lluitaran per apoderar-se del patrimoni i els feus reals, i on arribaran a la gosadia de segrestar la persona del rei, l'any 1225, d'on en sortirà victoriós mercès a l'ajut català, sobretot de nobles i mercaders
Per a procurar una mica d'esport i distracció dels inquiets nobles, el rei organitzarà una expedició a Peníscola. 1 una incursió damunt terres serranes des de Terol, que finirà amb una treva i la submissió del rei valencià (AbuZeid) com a tributari.
Però l'implacable ambició aragonesa durà el noble Pedro Ahonés a intentar trencar la treva pactada pel rei i atacà territori valencià, el jove Jaume I el comminà a l'obediència però Abones mor en batalla i la revolta torna a estar servida. Ara serà tot Aragó qui s'aixecarà contra el rei, però amb l'ajut català i d'alguns nobles aragonesos fidels, el rei triomfarà sobre la noblesa a la pau d'Alcalà de 1227. És clou així el primer capítol del regnat de Jaume I.

CONQUESTA DE MALLORCA
La historiografia tradicional ho considera com una reconquesta. Avui dia parlem d'impuls feudal cap a noves terres afavorit pel debilitament del poder Almohade a partir de 1212.
Aquesta expansió territorial cap a l'exterior també succeeix a la resta d'Europa, com el cas de Gal·les, terres eslaves i cap al sud peninsular.
El cicle de la conquesta es desenvolupà entre 1229-1232. L'empresa té dos orígens: un de literari, el famós banquet ofert a Jaume I per Pere Martell; un d'històric, les represàlies per la captura de naus. El context que féu possible l'operació fou el procés de decadència almohade, el control de la situació interna per part del rei, i la seva capacitat per arrossegar els grups dirigents a una empresa activa.
La Conquesta es desenvolupà en quatre fases. A la primera es produí la batalla de Sana Ponça; en la segona el setge, de Medina Mallurga i el sotmetiment d'un sector de l'illa; a la tercera, l'assalt i saqueig de la ciutat; i a la quarta, es reduïren els focus de resistència musulmana a l'interior de l'illa.
Les tres primeres fases consumiren poc més de tres mesos i l'última dos anys mig. Mentrestant es posa en marxa la maquinària administrativa dedicada al repartiment de béns. El llibre de repartiment fou publicat al juliol de 1232; s'hi consideraven una porció reial que ocupava 4/8 parts de l'illa, i una porció senyorial formada per tres grans dominis laics i una senyoria eclesiàstica; en total foren distribuïdes 114.000 hectàrees. També la capital fou distribuïda en 8 sectors i va correspondre al rei més de 2.000 cases.

CONQUE5TA DE VALÈNCIA
1233-1245
La conquesta es va veure afavorida pel declivi de l'imperi Almohade, en ràpida descomposició des de la derrota de les Navas de Tolosa -1212-, i per la inestabilitat i les pugnes internes de la classe dirigent islàmica, que van repercutir en la seva capacitat defensiva. La crisi de les estructures de poder islàmiques facilitava així l'avanç dels regnes cristians, immergits en una dinàmica d'expansió feudal.
L'èxit de les incursions protagonitzades a títol particular per alguns membres de la noblesa aragonesa, impulsà la Corona a assumir directament l'empresa militar de la conquesta que es desplegà en tres fases: La primera es va concretar en l'ocupació de les terres del nord fins a Borriana, que caigué el 1233, la segona, culminà amb la presa de València el 1238, l'expansió arribà fins al riu Xúquer; i la tercera, conclosa el 245, va fixar provisionalment a Biar els límits del nou regne, d'acord amb els tractats signats amb Castella. Les comarques meridionals, d'Alacant a Oriola no foren annexionades fins el 1304, quan Jaume II establí en el curs baix del Segura la nova i definitiva frontera entre els regnes de València i Múrcia. La conquesta va alterar profundament les estructures de la societat islàmica, ja que la població mudéjar, desallotjada de les ciutats i confinada a les valls de l'interior, es va veure sotmesa a la mala organització social implantada pels cristians.
D'altra banda, la distribució del territori entre la noblesa, registrada pel mateix monarca en el llibre de repartiment, a més de recompensar la seva participació en la conquesta, facilitava una ràpida organització del país, amb la submissió de les comunitats mudéjars i l'enquadrament senyorial dels repobladors cristians.
La repoblació cristiana va ser mes intensa a les comarques septentrionals i el litoral, mentre que a les terres del sud i a les muntanyes de 'interior la població musulmana va continuar sent majoritària durant tota l'Edat Mitjana.

LA POLÍTICA MEDITERRÀNIA
Després del desastre de Muret -1213- que derivà en el tractat de Corbell - 1258-, estallaren les possibilitats d'expansió més enllà dels Pirineus. Llavors és quan neix l'interès dels catalans per l'expansió mediterrània. Jaume I n'és l'artífex. D'aquesta manera la Corona incrementà la seva presència a la zona: la conquesta de Mallorca i l'inici de relacions comercials amb el Nord d'Àfrica (Marroc, Tunis Tremissén i Egipte), la qual es basava principalment en l'exportació de draps a canvi de llana, cuirs, cereals i esclaus. Davant de les pròsperes relacions comercials, Jaume i fou l'impulsor de la redacció del llibre del Consolat de Mar, que és el primer codi de costums marítims a la vegada que introdueix reformes monetàries.
Aquestes fructíferes empreses van tenir la seva màxima expressió entre 1250-1350, i es va canalitzar en tres direccions: la ja esmentada del Nord d'Àfrica; la ruta de la mediterrània oriental (Alexandria, Palestina, i Bizanci); la ruta de la mediterrània occidental (illes de Sardenya i Sicília). Fruit de l'habilitat de Jaume I, aquest aconsegueix que el seu primogènit, l'infant Pere, futur Pere el Gran, es casés amb Constança de Sicília -filla del rei Manfred I de Sicília- això segellava l'aliança catalanosiciliana, la qual cosa va servir per estendre la naixent i pròspera influència catalana per la mediterrània, en perjudici dels interessos de França que comptava amb el suport del papat. Pere el Gran va ser excomunicat pel papa, que era a la vegada el principal valedor dels interessos de la casa de França -els Anjou-, i desposseït dels seus regnes, que els van ser oferts a Carles de Valois -fill del rei de França-, aquest oferiment es va traduir en el 1285 en una fracassada croada contra Catalunya portada a terme per la monarquia francesa.
La forca del regnat de Jaume I, el Conqueridor; és recordada com la de l'arquitecte de la personalitat definitiva dels Països Catalans.

TRACTAT DE CORBELL
Acord signat l'onze de maig de 1258 entre els representants de Lluís IX de Franca i els de Jaume I, el qual es va acordar dos pactes: un de relatiu al casament de la Infanta Elisabeht, filla de Jaume I, amb Felip, l'hereu de Lluís IX, l'altre pel qual el rei francès renunciava a tots els drets que teòricament pogués tenir com a descendent de Carlemany, sobre els comtats catalans. D'altra banda, Jaume I renunciava a un territori català efectiu: el de la Fenolleda i el Perapertusès, fet pel qual la frontera dels territoris catalans retrocedí en aquesta zona fins als límits del Conflent.
Aquest tractat cloïa definitivament la política ultrapirinenca dels primers Comtes barcelonins, tendint a crear un Estat de terres catalano-occitanes. Malgrat el tractat de Corbell, Lluís IX continua pressionant sobre les fronteres catalanes, i el l272 Jaume I hagué de reforçar militarment la zona fronterera.